Categoría: Sitio Histórico
Provincia: Granma
Municipio: Guisa
Dirección del Sitio: Está situado en la Escuela Primaria de Macanacú, Es una zona rural, perteneciente al Consejo Popular de Macanacú.
Otros elementos de localización: Se encuentra a 200m del Consultorio Médico.
Superficie a proteger en m2: 12 metros cuadrados
Delimitación:
Norte: El Diamante
Sur: Salto Chiquito
Este: Las Marías
Oeste: El Corojo
Descripción actual del sitio: Se encuentra ubicado en el patio de la escuela de la comunidad de Macanacú, identificado con una tarja de mármol empotrada al frente en la tapia de cemento, donde se grabó la fecha del hecho histórico, existe bastante jardinería, muy bien cuidada.
Estado de conservación: Bueno
Propiedad: Estatal
Propietario: Educación
Uso del suelo: Escuela primaria Ramón López Peña (Educación)
Propuesta de uso si se tiene: Escuela, charlas, visitas, conversatorios y la realización de actos políticos.
Descripción exhaustiva de la valoración de los hechos históricos y/o personalidades asociadas al sitio:
El martes 18 de noviembre, a una semana exacta de su salida de La Plata, el jefe rebelde desciende con su tropa hasta orillas del río Mabay, a un lugar conocido por Las Marías, cerca de una despulpadora de café. Avanzan hasta la zona de Virey. Dejan a un lado una rastra capturada y quemada por un grupo de rebeldes que operaba en la zona. Cruzan después el río Mabay, atraviesan los potreros del Lanero, que es un llano surcado por profundas cañadas, y llegan a la casa de Carlín Jiménez en Macanacú. Un grupo de soldados del Ejército de Batista está a la espera del Ejército Rebelde. Son 53 hombres, que desde el 10 de noviembre, en Charco Redondo, habían decidido abandonar la unidad a la que pertenecían —la Compañía 93— y entregarse con sus armas a los barbudos.
Los soldados reciben al Comandante en Jefe en posición de atención. El Capitán Victorino Gómez Oquendo y el teniente Ubineo León (este último, jefe de uno de los pelotones) hacen entrega a Fidel del mando de la tropa. Fidel se reúne con los soldados en el patio de la casa. Allí los felicita por la decisión de no combatir más contra sus hermanos. Plantea que el que desee puede integrarse al Ejército Rebelde y dispone que a los soldados que se queden se les pague dos meses de lo que perciben como sueldo para que envíen dinero a sus familiares y un mes a los demás.
Cayendo las primeras horas de la noche, Fidel y un pequeño grupo de combatientes se dirigen a la casa de Pascual Ramírez, en Salto Chiquito, donde han sido invitados a comer. Posteriormente regresan a Macanacú y de allí continúan hasta El Tigre.
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