El jardín Botánico es uno de los centros recreativos más variados y entretenido del municipio, está destinado al estudio, conservación y divulgación de la diversidad de las especies vegetales. Se caracterizan por incluir en ellos colecciones científicas de plantas vivas que, además de su posible interés estético o urbanístico, también son sujetas a observación y estudio por parte de los jardineros y científicos especializados que las cultivan.
Fue inaugurado en el año 1981. En un principio con fines científicos. Sin embargo, no tardó en despertar la curiosidad de turistas y lugareños y, actualmente, se visita por interés cultural y por ser un lugar atractivo para pasear.
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Está situado en la comunidad Los Mameyes en el municipio de Guisa de la provincia de Granma, lleva ese nombre debido a la cercanía con la margen del Rio Cupaynicú. El jardín debe su apelativo al cupey, ejemplar muy útil en los campos cubanos, porque al combinar su fruto con alcoholes se obtiene pulimento para los muebles de madera, las ramas eran empleadas como paletas para sacar bandejas del horno en las panaderías rurales; y un poco más atrás, en las guerras independentistas, los mambises utilizaban sus hojas para enviar mensajes secretos porque se revelaban horas después de ser escritos.
Entre los objetivos del jardín botánico es la colección y conservación de las plantas, locales o exóticas, y la protección de las especies en riesgo de extinción. Los trabajos científicos efectuados en el jardín botánico incluyen el estudio de la botánica, así como la adaptación de las especies exóticas fuera de su hábitat de origen. Los datos obtenidos y los estudios llevados a cabo acerca de las nuevas especies, permiten que estos sean utilizados por la agricultura, la industria, o la investigación medicinal. Los proyectos educativos abarcan desde presentaciones de plantas que prosperan en diferentes entornos hasta consejos prácticos para jardineros particulares.
En este entorno crecen juntas multitud de plantas diferentes, desde las de uso medicinal hasta las puramente ornamentales, autóctonas y foráneas, frutales y desérticas.
También puedes encontrar especies raras de plantas en peligro de extinción que se preservan en esta reserva natural, cuya mayor parte es un área protegida que alberga árboles centenarios y en donde habitan algunos tipos de fauna silvestre.
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Una imponente ceiba y un cupey marcan el camino, y algunos pasos después se muestran en todo su esplendor más de dos mil especies de plantas.
Las historias asociadas a los árboles del parque natural son muchas, desde el ocuje (negro por fuera y rojo por dentro), que recibió su denominación del valeroso esclavo Juan Ocuje, negro y de cabello rojo, quien se reveló contra los españoles; hasta la ceiba, venerada por la religión afrocubana.
En Cupaynicú existe un bosque de los gigantes, denominado así porque -según el investigador alemán Johannes Bisse-, muchos de los árboles que lo conforman sobrepasan los 200 años de antigüedad.
Hay plantas medicinales, aromáticas, venenosas de esta se obtiene una resina cicatrizante, aquella es buena para curar el asma, la palma pequeña es oriunda de zonas costeras y este árbol se encuentra en peligro de extinción”, así se suceden los datos mientras avanzas por el vergel, y junto al maravilloso clima selvático, aumentan los conocimientos sobre botánica cubana.
En el Jardín Botánico de Cupaynicú podrá encontrar árboles de hasta 100 años. Hay una planta que llama poderosamente la atención, se conoce como la planta del abrazo mortal; literalmente abraza a otra planta y se alimenta de ella.
En un área protegida se conservan los cactus, decenas de especies que destacan por su resistencia y singular aspecto. Se pueden observar Aves endémicas de Cuba como el Tocororo que es el Ave Nacional, el Carpintero Real, el Zunzún, que es el ave más pequeña del mundo, así como una gran variedad de especies silvestre.
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Casi al final del recorrido aparece una plantita que, por su tamaño, parece casi acabada de sembrar, es la Microcycas calocoma, cuyo nombre común es palma corcho, la cual constituye un fósil viviente endémico de Pinar del Río, y la única especie declarada Monumento Natural Nacional en Cuba.
Un lugar con un hermoso paisaje natural muy cerca del Parque Nacional Desembarco del Granma, el Jardín Botánico de Cupaynicú goza de gran popularidad y es visitado por muchos turistas nacionales y extranjeros amantes de la naturaleza y el medio ambiente. Cuenta además con restaurante, servicio de guía y personal calificado para la investigación.
El jardín botánico es un excelente lugar para estar en contacto directo con la naturaleza. Aquí se pueden conocer diversas especies de plantas entre las que se encuentran las orquídeas y las palmas.
También tiene un área de plantas económicas, porque los frutos de los árboles son comestibles y pueden ser comercializables, entre ellos el coco, el dátil, el mango y el albaricoque.
Un restaurante elegantemente rural, una zona con conexión wifi entre los árboles, y una tienda en la que puedes obtener variedades de cactus; así como otras plantas en posturas o macetas, forman parte de las opciones cuando recorres esos dominios.
Sentarse junto al río, mojarse los pies y hacer picnic con cesta y todo, correr libremente como los niños, y hacerse los mejores selfies de la historia, son algunas de las acciones que hacen los visitantes en este sitio, un remanso de paz al cual el cuerpo y la mente te pedirán volver.
El jardín cuenta con guías especializados que ilustrarán tu visita con sus explicaciones sobre las distintas especies de plantas que alberga este hábitat, reforestado desde hace poco y que perteneció a una antigua hacienda ganadera.
Lugar tranquilo, apacible donde la naturaleza está de fiesta, senderos naturales, pequeño rio con sus puentecillos y pequeñas cascadas. Se puede apreciar muchas variedades de frutales, arboles maderables y. El jardín botánico Cupaynicú es sin dudas un excelente lugar para compartir en familia y con amigos.
"No pueden existir dicha y paz mayor que la alcanzada en medio del bosque, sentada bajo frondosos árboles, y con los oídos llenos del murmullo de ríos y aves, así, sintiéndolo todo verde. Caminar con los pies descalzos, respirar aire puro y olvidar que existe el ruido de la ciudad".
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