La certeza de que el ser humano precisa en igual medida de alimentos y sustento espiritual, anima al campesino cubano Alexis Milán Leyva, quien armado de ciencia, técnica y un gran arsenal de voluntad amasa la tierra con sus propias manos y saca de ella preciados tesoros.
Bastan el saludo cordial, los ojos muy vivos y apenas cinco minutos de conversación para comprender la grandeza del trabajo y los sueños de este hombre, que hasta en el momento de escoger el nombre de su finca pensó en la importancia de garantizar el futuro, no solo de los suyos, sino de todo un país.
“El Porvenir es un nombre que me motiva, simboliza el anhelo de tener siempre cosas nuevas, de mirar hacia adelante y lograr con nuestro trabajo eso a lo que aspiramos, pues nada llega así no más, hay que buscarlo.”
Asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Braulio Coroneaux, del municipio de Guisa, en la provincia de Granma, obtuvo su parcela hace ya 11 años, entonces por los beneficios del Decreto ley 259, y se ajustó ahora al 300, relativos ambos a la entrega de tierras estatales ociosas en usufructo.
Estaba abandonada -recuerda- en un lugar entre el llano y la montaña, con presencia de erosión, por cuanto era preciso, y hasta hoy resulta vital, evitar la pérdida del sustrato.
Por esa razón, afirma que una de las primeras acciones en las cuales se enfrascó fue en la conservación y el mejoramiento de los suelos, mediante el uso de barreras vivas y muertas, cobertura vegetal, y la técnica de intercalar cultivos.
De ahí que El Porvenir sea, a la par, expresión de una filosofía de trabajo, donde hacer cada día más implica, necesariamente, cuidar la tierra para que siga dando frutos.
Con ese objetivo, aplicamos al terreno la materia orgánica que producimos nosotros mismos, en un compost capaz de aportar hasta 36 toneladas al año, afirma Milán Leyva.
Así fue floreciendo el trabajo, también con el empuje de su esposa Nidia Labrada Guerra, y el acompañamiento de su hijo y nietos pequeños, quienes ayudan a llenar las bolsitas de tierra para los viveros.
Explica Alexis que la parcela está compuesta por dos hectáreas y su objeto social fundamental es la producción de plantas ornamentales, frutales y maderables, así como café, cultivos varios, carne de conejo, cerdo y aves.
Ciencia y técnica son fundamentales para asegurar la productividad, y es esa otra máxima que lo acompaña desde el principio, cuando soñaba constituir una finca escuela, para aplicar conocimientos e irradiarlos hacia la cooperativa y el municipio.
No es de extrañar entonces que El Porvenir esté catalogada también como ecológica, desde el pasado 2018, tras varios años de vínculo con ese importante movimiento, a través del cual ha participado en eventos nacionales e internacionales.
Asimismo, cumple sus compromisos con la CCS y la Empresa de Acopio, Distribución y Comercialización de alimentos, al tiempo que brinda insumos al hogar de ancianos de la comunidad, junto a un donativo mensual de viandas, café o alguna planta decorativa.
Entre otros trabajos –dijo- sobresale el montaje de naves para la cría de gallinas ponedoras y la ceba de pollos, así como dos casas de cultivo semiprotegido que se dedicarán a la siembra de hortalizas y condimentos.
Transpirando sueños, pero con pies y manos bien puestos en la tierra, Alexis es un hombre que entiende y construye el mañana, mientras sonríe y habla del proyecto de jardines populares en el que está insertado, con sus 78 variedades de plantas ornamentales.
Portal del Ciudadano Granma Fecha:14/7/2022
Texto y fotos: Elizabeth Reyes Tases
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